La postura del bailarín o Natarajasana es una de las posturas más conocidas y populares dentro del yoga. Esta postura es una combinación de equilibrio, fuerza y flexibilidad, y representa a Shiva, el dios hindú de la danza. Pero, ¿qué hay detrás de esta postura?
En primer lugar, la postura del bailarín requiere de una gran fuerza en las piernas ya que se sostiene el peso del cuerpo en una sola pierna. Además, se requiere de una buena flexibilidad en los cuádriceps para poder elevar la pierna hacia atrás y sujetarla con la mano. Asimismo, se necesita de una buen equilibrio para mantener la postura.
Además de los beneficios físicos, la postura del bailarín también tiene un significado simbólico. Shiva es el dios de la destrucción y la transformación y la postura del bailarín representa la lucha contra el ego y la ignorancia, y la búsqueda de la iluminación. La postura también es un recordatorio de que todo en la vida es un baile y que debemos estar en armonía con el universo.
En definitiva, la postura del bailarín es una postura que requiere de una gran fuerza, equilibrio y flexibilidad, pero también tiene un significado simbólico muy importante. Practicar esta postura nos ayuda a conectar con nuestro cuerpo, mente y espíritu, y a buscar la armonía en nuestras vidas.