La esfinge es una figura mitológica originaria de la cultura egipcia que se ha convertido en un símbolo de enigma y misterio en todo el mundo. Esta magnífica estatua tiene una peculiaridad que la ha hecho única entre todas las figuras del mundo: su postura.
La esfinge se encuentra en una posición sentada, con las piernas y los pies juntos. Además, tiene los brazos extendidos hacia adelante y las manos sujetando un objeto que parece un bastón o un cetro. Esta postura ha intrigado a los arqueólogos y expertos en historia durante siglos.
Algunos han sugerido que esta postura simboliza el poder y la autoridad, ya que los faraones solían representarse con los brazos extendidos hacia adelante. Otros creen que la esfinge representa un guardián o protector del conocimiento o la sabiduría, y que su postura de manos extendidas indica que está dispuesta a compartir su conocimiento con aquellos que lo buscan.
En cualquier caso, no hay una respuesta definitiva a la pregunta de cuál es la postura de la esfinge. Lo que sí se sabe es que su presencia sigue siendo tan poderosa y cautivadora hoy como lo era en la antigüedad egipcia.
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La postura de la esfinge es una posición de yoga que significa en sánscrito "Salamba Bhujangasana". Esta asana se utiliza comúnmente como un ejercicio de estiramiento para mejorar la flexibilidad de la columna vertebral y los hombros. Además, la postura de la esfinge también puede ayudar a aliviar el dolor de espalda y reducir el estrés.
Para hacer esta postura, sigue estos pasos:
Es importante tener en cuenta que la postura de la esfinge no debe ser dolorosa. Si sientes algún tipo de dolor o incomodidad, haz una pausa o modifica la postura para que sea más cómoda para ti.
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La postura de la cobra es una posición de yoga que fortalece los brazos, los hombros, el pecho y la columna vertebral. También se conoce como Bhujangasana en sánscrito. Esta postura se llama así porque se asemeja a una cobra con la cabeza elevada en el aire.
Para hacer la postura de la cobra, acuéstate boca abajo con las manos debajo de los hombros y las piernas estiradas detrás de ti. La parte superior de tus pies debe estar en el suelo y las palmas de las manos deben estar planas en el suelo. Mantén los codos apretados contra tu cuerpo y levanta lentamente tu cabeza y tu pecho del suelo. Siente cómo la energía fluye a través de tu columna vertebral y el pecho se abre.
Puedes mantenerte en esta posición durante unos segundos y luego exhalar mientras bajas lentamente tu cabeza de vuelta al suelo. Repite este proceso varias veces, asegurándote de mantener la posición correcta y respirando adecuadamente. Si experimentas dolor en la zona lumbar, puedes intentar una variante levantando solo hasta los hombros.
La postura de la cobra tiene muchos beneficios para la salud, incluyendo mejorar la digestión, aliviar el estrés y aumentar la flexibilidad de la columna vertebral. Recuerda siempre consultar con un profesional de yoga si tienes alguna preocupación o lesión previa.