La postura de gato, también conocida como marjariasana, es una posición de yoga muy popular cuyo objetivo es estirar y fortalecer diferentes grupos musculares del cuerpo. Esta postura se realiza en cuatro patas, colocando las manos y las rodillas a una distancia similar al ancho de los hombros.
Uno de los músculos más importantes que se trabaja con la postura de gato es el abdominales. Durante el movimiento de curvar y estirar la espalda, los músculos abdominales se involucran para mantener la estabilidad y la fuerza en el centro del cuerpo. Además, la postura de gato ayuda a fortalecer los músculos de la espalda, desde los hombros hasta las vertebras lumbares, lo cual tiene un efecto positivo en la postura y la flexibilidad de la columna vertebral.
Otro grupo muscular que se beneficia de la postura de gato es el de los glúteos. Mantener las piernas en una posición de cuatro patas hace que los músculos de los glúteos trabajen duro para mantener el equilibrio y la estabilidad. Asimismo, al presionar los dedos de los pies en la esterilla, se logra un estiramiento y fortalecimiento de los músculos de las piernas, incluyendo los cuádriceps y los gemelos.
En general, la postura de gato es una excelente manera de ejercitar el cuerpo y lograr una mayor sensación de bienestar. Al trabajar diferentes músculos del cuerpo en una única postura, se promueve la conexión cuerpo-mente, mejorando la concentración y la respiración. Además, esta postura es recomendada para personas de todas las edades y niveles de habilidad, ya que se puede modificar fácilmente para adaptarse a diferentes condiciones físicas.