Lograr llevar una dieta sana y equilibrada no es tan difícil como crees. Si quieres empezar a llevar un estilo de vida más sano, que te haga sentir bien y con energía durante el día, tan solo tienes que empezar teniendo en cuenta algunos tips básicos para una alimentación sana.
Si quieres bajar de peso te habrás preguntado mil veces cual es la mejor dieta y la más efectiva para lograr tu objetivo. Pero tal vez , en ocasiones nos confundimos a la hora de plantear nuestros objetivos. No debemos obsesionarnos tanto con la báscula y debemos prestar más atención a aspectos más generales de nuestra salud. Por supuesto el peso es uno de ellos, pero no debe ser el único para lograr un cambio en nuestra dieta a largo plazo.
Debemos aprender a comer bien y no solo bajar de peso con una dieta estricta durante uno o dos meses. Si volvemos a alimentarnos mal volveremos a nuestro peso anterior y lo que es peor, nuestro cuerpo notará las consecuencias de estos cambios bruscos y poco saludables en la alimentación.
Queremos ayudaros a lograr un equilibrio en la dieta y alimentación diaria con algunas pautas que deberemos cuidar y tener en cuanta a la hora de llevar una dieta sana y equilibrada.
Sabemos que con el ritmo de vida actual, es muy difícil sacar tiempo para cocinar en casa y es muy tentador comprar platos preconizados en el supermercado que nos solucionen la papeleta de la comida semanal. Pero esto traerá consecuencias muy negativas a nuestra salud. Evita todos los platos preparados para microondas o congelados como lasañas, pizzas, nuggets, bolsas de snack, sandwiches...
Debemos reducir o excluir de nuestra dieta cualquier alimento refinado como el azúcar blanco y sus derivados, edulcorantes artificiales y harinas (excepto las integrales). Con esto nos referimos no solo al azúcar que añadimos al café o al yogurt, sino a todos los alimentos que lo incluyen tales como salsas, bollería y refrescos y zumos. El azúcar blanco puede ser sustituido por edulcorante naturales tales como la stevia o por especias como la canela. La bollería es algo muy difícil de sustituir, pero debemos hacernos a la idea de que no debemos abusar de ella, ni comerla a diario. Para comer algo dulce el mejor sustituto por el que podemos optar es la fruta o frutos secos que además nos dará un gran aporte de fibra y vitaminas. Por otro lado los refrescos y zumos pueden ser sustituidos por aguas saborizadas caseras, sin azúcar claro. Algunas opciones son el agua de pepino y limón, el agua de manzana, menta y cítricos o el agua de frutos rojos y limón. Son alternativas a los refrescos muy saludables y nada aburridas.
La mejor forma de cocinar los alimentos es a la plancha, al horno o al vapor. Evita al máximo las frituras o cocinar guisos con exceso de grasas y aceite. Al igual que debemos evitar los rebozados de pan o harina o las salsas ligadas con cremas y harinas.
Mantenernos bien hidratados es un punto muy importante, para muchos aspectos de nuestra salud. Nos ayuda a mantenernos limpios, ya que nos ayudará a ir al baño con regularidad y tendrá efecto diurético ayudándonos a limpiar las toxinas de nuestro cuerpo. Además nos ayudará a mantener bien hidratada nuestra piel, el pelo, y mantendrá nuestras uñas en perfectas condiciones. Otra ventaja es que nos ayudará a sentirnos más saciados y disminuirá nuestra ansiedad hacia la comida. Va a favorecer el correcto funcionamiento de nuestros riñones e hígado. Nos aporta minerales y oxígeno para mantener los músculos hidratados lo que favorecerá un mejor rendimiento físico.
Debemos consumir más cantidad de verduras. Sobre todo las de hoja verde, que nos ayudan a limpiar el organismo y quemar grasas. Algunas de los vegetales más saludables que debemos incluir de manera habitual en nuestra dieta son el brócoli, la zanahoria, el calabacín, la berenjena, las espinacas, el berro y el pimiento. Una manera de incluir todo esto en nuestra dieta y sacar parte de la carne es acompañar nuestros platos de pasta y legumbres solo con verdura en vez de carnes. Además, muchos de estos alimentos, pueden ser consumidos crudos como la zanahoria y las espinacas o a la plancha y al horno como el calabacín, el pimiento y la berenjena.
Comer deprisa y casi sin masticar es un error muy habitual y del que muchas veces no somos conscientes. Debemos masticar bien los alimentos para una correcta digestión de los mismos. Comer despacio y sin ansiedad nos ayudará a que podamos interpretar la sensación de saciedad en nuestro estómago. Si comemos un gran plato de comida a toda prisa, probablemente acabaremos con una gran sensación de pesadez y con una digestión muy complicada. Si comemos de forma más pausada podremos darnos cuenta de que no necesitamos comer una cantidad tan grande de comida y podremos parar en el momento en el que nuestro estómago esté saciado.
Planifica tus comidas y cenas semanales de tal forma que no tengas que improvisar cada día lo que vas a comer. Ten en cuenta que las cenas han de ser muy ligeras, evitando los hidratos de carbono (energía que no vamos a quemar). Trata de cenar al menos dos o tres horas antes de irte a dormir. Planifica una dieta semanal completa y variada cuando hagas tu lista de la compra. Evita comprar aquellos alimentos que sabes que debes excluir de tu dieta. Si los tienes a mano en casa, la tentación de comerlos en cualquier momento será mayor.
Trata de controlar las cantidades de comida que ingieres. Lo ideal es hacer 5 comidas al día. Mantener el metabolismo activo quemará más calorías y te ayudará a no pasar hambre. Cuando prepares tu plato de comida, busca un plato de un tamaño medio o pequeño, no escojas el plato más grande. Verás que cuando acabes la comida del plato estarás saciado y probablemente si el plato hubiera sido más grande habrías acabado con una sensación de pesadez mayor porque habrías ingerido más cantidad de comida de la que realmente necesitas.
Si no tenemos una actividad física importante a lo largo del día, debemos tener cuidado y equilibrar el tipo de alimentos y la cantidad de calorías que ingerimos. De la misma forma que si nuestra actividad física es más elevada deberemos aportar al cuerpo la energía suficiente para que pueda rendir y no afectar a nuestro organismo o sufrir algún tipo de déficit vitamínico. Por ejemplo, si realizas algún tipo de deporte o actividad física más intensa determinados días de la semana, un alimento muy bueno que nos aportará energía es la pasta. Podrás comerla sin miedo a acumular azúcares, ya que los quemarás a lo largo del día con la actividad física en cuestión.
Con estos tips sobre cómo lograr una dieta sana y equilibrada esperamos ayudaros a poder llevar un estilo de vida más saludable y que os haga sentir mejor. Como veis no son necesarios grandes esfuerzos ni restricciones alimenticias. Os recomendamos que comáis de todo, con una dieta equilibrada y planificada basada en alimentos naturales y sanos. Al igual os recomendamos que tengáis en cuenta que para alcanzar un estilo de vida saludable es muy importante practicar ejercicio físico.
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