La postura del camello, también conocida como Ustrasana, es una pose de yoga que requiere mucha flexibilidad de la columna vertebral. Para hacerlo correctamente, se deben seguir algunos consejos simples para evitar lesiones o dolores:
Mantener la postura del camello durante varios minutos puede ser un desafío, pero con práctica y paciencia, se puede lograr una postura perfecta. Recuerda escuchar a tu cuerpo en todo momento y detenerte si sientes algún dolor o incomodidad.
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La postura del camello es una de las posturas más profundas y desafiantes en yoga. Es una postura de extensión que trabaja la parte delantera del cuerpo y también fortalece las piernas, los glúteos y la espalda baja.
Para comenzar, arrodíllate con las rodillas hip-width apart y coloca las manos en los lados de los glúteos con los dedos apuntando hacia abajo. Asegúrate de que la cadera esté sobre las rodillas y que los hombros estén relajados hacia abajo.
Inhala y lleva las manos detrás de la espalda para llegar a los talones de los pies y luego levanta el pecho hacia el cielo. Mantén los muslos y las caderas en línea recta mientras te arqueas hacia atrás y abres el corazón.
Para avanzar en la postura, intenta llegar al suelo con la parte superior de la cabeza y extiende los brazos hacia el cielo mientras mantienes el arco en la columna vertebral. Respira profundamente mientras mantienes la postura durante 5-10 respiraciones. Para salir de la postura, coloca las manos en la cadera y levanta lentamente el torso.
Es importante recordar que la postura del camello no debe sentirse dolorosa en la espalda o el cuello. Si estás experimentando cualquier tipo de dolor, regresa a tu posición inicial y trabaja en la preparación antes de intentar la postura completa.
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La postura de la cobra es una de las asanas más populares en el yoga. Esta postura es perfecta para trabajar la flexibilidad y fortaleza de la columna vertebral, además de tonificar los músculos abdominales y mejorar la circulación sanguínea.
Para comenzar, tumbate boca abajo sobre la esterilla con los brazos a los lados del cuerpo. Luego, coloca las manos debajo de los hombros, con los dedos apuntando hacia delante. Las palmas de las manos deben estar en contacto con el suelo y los codos pegados al cuerpo.
Ahora, inhala y levanta el pecho del suelo con la ayuda de los brazos. Mantén los hombros bajos y alejados de las orejas. Debes sentir cómo los músculos de la espalda baja y media se estiran.
Mientras mantienes la postura, mantén la mirada hacia delante o hacia arriba, evitando meter la barbilla hacia el cuello. Intenta relajar los glúteos y mantener la pelvis pegada al suelo.
Por último, exhala y baja el cuerpo lentamente hasta el suelo. Descansa la cabeza sobre el suelo y relaja el cuerpo antes de repetir la postura de nuevo.
Recuerda que la postura de la cobra es una asana que se realiza gradualmente. Debes respetar los límites de tu cuerpo y no forzar la postura. Con la práctica regular, irás notando cómo tu cuerpo va ganando cada vez más flexibilidad y fuerza.
El yoga es una práctica espiritual y fisica que proviene de la India. Existen diferentes tipos de yoga, pero todos tienen en común la realización de posturas o asanas.
Las posturas de yoga son movimientos y poses que se llevan a cabo para estirar, fortalecer y equilibrar el cuerpo y la mente. Hay cientos de posturas de yoga diferentes, que van desde las más fáciles y simples hasta las más avanzadas y complejas.
Las posturas de yoga se dividen generalmente en tres categorías: sentadas, de pie y acostadas. Las posturas sentadas son aquellas en las que el practicante está sentado en el suelo, mientras que las posturas de pie son las que se realizan de pie. Por último, las posturas acostadas se realizan en posición horizontal, tumbado en el suelo.
Entre las posturas de yoga más conocidas y practicadas se encuentran la postura del perro mirando hacia abajo, la postura del guerrero, la postura de la montaña y la postura del árbol. Cada postura tiene su propio beneficio, pero todas ellas ayudan a mejorar la salud física y mental del practicante.
En resumen, las posturas de yoga son una parte fundamental de la práctica de esta disciplina. A través de ellas, el yogui estira, fortalece y equilibra su cuerpo, al mismo tiempo que encuentra la paz y la armonía mental. ¿Te animas a probarlas?