Si quieres aprender a hacer la postura del león, estás en el lugar correcto. Esta asana puede parecer tonta y rara, pero en realidad es una excelente manera de liberar tensiones y estreses que se acumulan en el cuello y la cabeza. Además, te ayuda a mejorar la concentración y a liberar emociones estancadas.
Para empezar, siéntate en una posición cómoda con las piernas cruzadas y las manos apoyadas en las rodillas. Inhala profundamente y exhala suavemente para relajarte y centrarte en tu respiración. Luego, coloca las palmas de las manos en el suelo y levanta tus nalgas para ponerte en posición de cuadrupedia.
Asegúrate de que tus hombros estén alineados con tus muñecas y tus caderas con tus rodillas. Mantén los dedos de los pies apretados y mira hacia el frente para evitar tensión en la columna vertebral. Después, levanta tu coxis hacia el techo y saca la lengua, estirando los músculos de tu cuello.
Ahora emite un sonido prolongado y profundo como si fueras un león rugiendo. Deja que tu abdomen se hunda y permite que el sonido salga naturalmente. Si lo haces correctamente, sentirás una liberación de tensión en la mandíbula y la garganta, así como en la parte posterior del cuello y la cabeza.
Por último, inhala profundamente mientras bajas tus caderas y te sientas de nuevo en la posición inicial. Repite este ejercicio dos o tres veces más para obtener mejores resultados.
Recuerda siempre que la respiración es clave para lograr la postura del león correctamente. Concentra tu mente en tu respiración y no en tu opinión de cómo te puedas ver mientras realizas esta postura de yoga. Disfruta de la liberación de tensiones y estrés que sentirás al hacerla y verás cómo rápidamente se convierte en una de tus posturas favoritas.