El jab es uno de los movimientos más fundamentales y útiles en el boxeo. Es una técnica diseñada para hacer contacto con tu oponente y establecer el control del ring. Además, es una habilidad que debes dominar si quieres ser un buen boxeador. Aquí te mostramos cómo hacer un jab de manera efectiva.
Primero, debes posicionarte correctamente. Mantén tus pies separados a la distancia de tus hombros y ponte en una posición ortodoxa, con tu pie izquierdo por delante y tu pie derecho por detrás si eres diestro, y viceversa si eres zurdo. Mantén tus brazos en guardia y asegúrate de que tus codos están cerca de tu cuerpo.
Ahora, prepárate para lanzar el jab. Con tu mano delantera (izquierda si eres diestro, derecha si eres zurdo), apunta hacia adelante y usa tus nudillos para golpear el rostro de tu oponente. El movimiento debe ser rápido y directo, extendiendo tu brazo frontal sin cruzar tu cuerpo. Es importante que tu mano trasera se mantenga en posición de guardia para proteger tu cuerpo de los golpes de tu oponente.
Cuando lances el jab, recuerda exhalar para liberar la tensión y aumentar la velocidad. También debes tener en cuenta que el jab no es un golpe poderoso, sino un movimiento para establecer el control del ring. Debes utilizarlo para controlar el ritmo del combate y para medir la distancia a la que te encuentras de tu oponente.